miércoles, 7 de noviembre de 2012

El Centro de Estudios de los Intereses Nacionales (CEIN) Distinguio a Juan Carlos Godoy por su Trayectoria




J.C.Godoy

El sábado 03 de Noviembre en el mágico reducto tanguero de Cabrera 4946 se vivió una noche que quedará marcada a fuego en el recuerdo de quienes compartieron el espectáculo “El Cantor de Tangos”.
Pasadas las 22.30 Rody Groppo, original impulsor del Café y actual socio del mismo junto a Sancinetto, Valle y Riera, fue el encargado de recibir al público que colmó las instalaciones del lugar. Con nostálgicas palabras que evocaron tiempos lejanos y la actual labor de los artistas del género tanguero, Rody describió al “cantor de tangos”. Ese que podría ser hombre, o mujer, joven o entrado en años, pero que expresa desde lo más profundo de su ser las letras que grandes poetas escribieron sobre acordes en 2x4.
Las guitarras de la casa, Román Vergani y Joaquín Althave, realizaron la apertura musical con una bella pieza instrumental y a continuación, Julio Rodolfo se sumó al dúo de violas para dejar temas como “Garúa”, “Como dos extraños” y “Tortazos”.
J.Hidalgo
Seguidamente, Claudia Alfano ofreció clásicas piezas de la música ciudadana como “Pasional”, “Fruta amarga” y “Desencuentro”.
El siguiente en tomar el micrófono fue el “hombre de la voz ajena”, al que, según Rody, el cuerpo no le cuadra con la garganta: Jesús Hidalgo, excelente cantor del repertorio nacional que dejó grandes interpretaciones colmadas de simpatía y sentido decir, entre ellas: “Suerte loca”, “Más solo que nunca” y “Contramarca”,  el tango que más le piden sus seguidores.
Gaby
Antes del intervalo acostumbrado en Café Homero, llegó al escenario Gaby “La Voz Sensual del Tango” quien, con previo aviso, presentó distintos géneros que acompañan su propuesta tanguera de marcada personalidad.
“Viejo Ciego” fue el tango de apertura, la ópera prima de Homero Manzi escrita cuando no tenía aún 20 años. Gaby ofreció una profunda interpretación de este bellísimo poema musicalizado por Piana y Castillo seguido por “La copa rota” bolero adaptado al sonido característico del 2x4 que da título a su último disco. Seguidamente, la morocha bahiense dedicó la obra más popular del cantautor argentino Facundo Cabral a una amiga del mismo que estaba presente entre el público: Ángeles Ruibal. Ángeles es una cantante española de gran reconocimiento en la Península Ibérica por sus trabajos poniendo canto a los grandes poetas españoles e iberoamericanos y, en nuestro país, por dedicar toda su vida a interpretar la obra de Atahualpa Yupanqui, quien la acompaña con sus canciones desde los 19 años.
Luego de cantar “No soy de aquí, ni soy de allá” junto al coro que los presentes ofrecieron en cada estribillo, Gaby invitó a la cantaora a deleitar a los presentes con un ejemplar de su España natal. Ni un suspiro se oyó en Café Homero mientras Ruibal interpretaba una canción popular gallega aprendida en su infancia: es que la perfecta interpretación vocal y la emocionante expresividad de Ángeles cautivaron al auditorio a tal extremo que alguna lágrima rodó por las mejillas recordando antepasados del viejo mundo.
Finalmente, Gaby dejó una animosa y alegre versión de “Mi Ciudad” de Favero y Guevara, que cerró la primera parte de este show dejando a la platea expectante de lo que vendría a continuación.
J.Pane
El maestro Julio Pane dio comienzo al capítulo final del espectáculo. Luego de interpretar con el fueye el tango de Enrique Cadícamo y Juan Carlos Cobián, “Los mareados”, dedicó unas prolongadas palabras a los presentes, explicando la experiencia de contar con notas la idea de una poesía y la historia particular del tango interpretado. Luego de otra pieza instrumental, invitó a Esteban Riera, cantor exquisito del género, para acompañarlo en dos tangos dedicados a un eterno compañero: el bandoneón. “Mi bandoneón y yo” y “Cuando tallan los recuerdos” generaron el pedido de un bis pero Riera volvería más tarde.
Las guitarras de Homero se sumaron a Pane para realizar dos versiones instrumentales que arrancaron fervorosos aplausos y despidieron al maestro que fuera músico de la orquesta de Ástor Piazzolla y Leopoldo Federico.
N.Moncada
A continuación, la increíble voz de Noelia Moncada llegó para deleitar y seguir asombrando al público. Pocas son las mujeres que poseen el control absoluto de su garganta como es el caso de Noelia. Rosarina, entradora y gran intérprete, Moncada dejó inmejorables versiones de “Marioneta” y “El motivo”, matizando el dramatismo con dos tangos que dedicó a las damas: “Atenti Pebeta” y “Qué me van a hablar de amor”.
 El próximo sábado 10 de noviembre, celebrará su cumpleaños en Café Homero, brindando un maravilloso espectáculo, como acostumbra, rodeada de amigos que la acompañarán en su día: Esteban Riera, Hernán Genovese, Jesús Hidalgo, Lorena Astudillo, Negro Falótico, Claudia Levi, Ariel Argañaraz, Jaqueline Sigaut, Florencia Giammarche, Sandra Márquez, Julio Pane y las guitarras de Román Vergani y Joaquín Althave.
Seguidamente, Esteban Riera regresó al escenario para continuar deleitando con su voz y geniales interpretaciones. Regaló profundas versiones de bellos tangos como “La abandoné y no sabía”, “Grisel” y “Bajo un cielo de estrellas”. La calidad profesional de Esteban es de amplio conocimiento y una vez más, honró su bien ganada fama y lugar entre los mejores de la nueva trova tanguera.
E.Riera
El epílogo fue el capítulo más emocionante y sorprendente de la noche. Llegó el turno del más mentado “cantor de tangos” entre los presentes: Juan Carlos Godoy. Este pequeño hombrecito delgado, de rostro gentil, bastón en mano y porte elegante a pesar de sus 90 años, se acercó al escenario con gran cancha para recibir una distinción en reconocimiento a la trayectoria que el Centro de Estudios de los Intereses Nacionales (CEIN) decidió entregarle para la ocasión en manos de Rody Groppo y Tito Sancinetto.
Agradecido y con notable energía el cantor comenzó su participación. Con prólogo de Tito, compañero en la profesión y amigo, quien contó los laureles, honores y pormenores de Godoy, la voz clara y muy bien conservada de quien fuera vocalista de Alfredo De Ángelis, llenó de duendes el salón de Homero.
Ruibal,Valle, Gaby y Godoy
Es que Juan Carlos no necesitó ademanes, desplazamientos ni grandes actuaciones para hacer que cada frase de sus tangos fuera recibida por los presentes como un mensaje dicho con el corazón y el sentido exacto. Un breve movimiento de micrófono para controlar el volumen de su voz, gratas palabras anecdóticas contando algunos pasajes de su vida y sus desventuras con los “burros” y la gestualidad de su rostro lo dijeron todo. Godoy ha alimentado su picardía con los años y la riqueza de sus interpretaciones. Podemos escuchar hoy algunos de sus éxitos de ayer y olvidarnos del paso del tiempo por la calidad que todavía conserva su garganta, evidenciando los años quizás por la expresividad, mucho mejor lograda por el simple paso de la vida.
“Alma en pena”, “Quien tiene tu amor”, “Hermana” y “Cachadora” son algunas de las canciones que interpretó este prócer del tango que caló hondo en el corazón de todos los presentes, recibiendo aplausos de pie en reiteradas oportunidades y ovaciones pidiendo “uno más”. Y fue uno más. Uno que generó tensión, expectativa, indignación, tristeza… uno que hizo empañar más de una mirada. Godoy cerró su presentación con la milonga campera “La duda”, una terrible historia que cuenta el desengaño que sufre un hombre al descubrir la infidelidad de su mujer.
No podría haber sido mejor. Cada persona que se levantaba de su sitio se dirigía al maestro y al resto del elenco para agradecer, felicitar y augurar un futuro próspero. Juan Carlos Godoy dio cátedra de interpretación, digna trayectoria y de voluntad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario